Sr. Artur Mas:
¿Usted
no se ha preguntado o, mejor dicho, usted no ha investigado, junto
con su gobierno, a los miles de empresarios en Cataluña que han
amenazado a sus trabajadores-as con que si hacían huelga el día
29 les ponían de patitas en la calle? Y todo ello a pesar de las
reiteradas denuncias de los sindicatos. Una huelga, dicho sea de
paso, para defender los derechos de dichos trabajadores, pisoteados
por ustedes. Eso, ¿cómo lo podríamos denominar? ¿VIOLENCIA?
¿Cómo es posible que usted haga esto, cuando siempre es tan “justo”
con los empresarios y personas pudientes, y sobre todo con la banca,
a la que se le da todas las prebendas y dinero del erario público?
Usted, el mismo que vende las empresas públicas, es decir de los
ciudadanos-as, que son los que dan la riqueza al País, por cuatro
chavos. Supongo que los trabajadores-as no se merecen nada, solo que
nos despojen de nuestros derechos conquistados a fuerza de muchas
luchas, cárceles y palizas. ¿Cómo es posible que ustedes, gente de
CIU, quieran hacer ver que no son iguales que la ultraderecha
española (PP) haciendo la misma política? ¿A quién quieren
engañar? A mí no, por supuesto.
Sé
que muchas personas de buena fe que están en vuestro partido quizás
no piensen de la misma manera que la jerarquía de CIU, e incluso
tampoco mucho de los que os han votado. Sin embargo, son los que os
votan y os ponen en la poltrona de CIU y del gobierno, Sr. Mas. Y,
para mí, ustedes son iguales que la derecha del PP, porque cuando
les conviene también pactan con ellos y hacen la misma política.
No
se trata de justificar el vandalismo, pero Sres. del PP y CIU,
¿Cuándo tienen previsto facilitar mucho más la investigación, y
endurecer las penas de cárcel por choriceo político, bancario y
empresarial? ¿O eso no les molesta tanto a ustedes? Una buena parte
de la rabia que hay en el pueblo es culpa de ustedes, impresentable
casta de políticos, banqueros y empresarios (sálvese el que pueda)
que hacen de este País lo que les viene en gana, según sus
intereses.
No
hay problemas en recortar educación y en suprimir becas, en darnos
fútbol y Belenes Esteban, para que los pobres sigamos hundidos en la
ignorancia, mientras la casta nos explota y mantiene buenos sueldos a
nuestra costa. Los bancos se quedan con los ahorros de toda una
vida, y a cambio te dan un papel mojado que no tienen ni siquiera la
obligación de respetar. Los recortes en Sanidad os facilitan el
camino para obligar a privatizar todos los servicios derivados.
Se
eliminan las regulaciones de los mercados, se recortan los impuestos
a los ricos y se mantienen los paraísos fiscales para defraudar al
fisco. La corrupción campa a sus anchas. La justicia está
politizada y se quiere que solo sea para las personas que puedan
pagarla, dejando a una gran parte de ciudadanas y ciudadanos, sin
poder acceder a un derecho que es de obligado cumplimiento según el
art.24 de la Constitución. Se gesta una economía especulativa que,
poco a poco, desbanca a la economía productiva y se pone al dinero
por encima de todo valor ético y moral. Se destruye sistemáticamente
todo lo público y se utiliza la propaganda para hacernos creer una
mentira mil veces contada.
Cuando
los gobernantes recortan o anulan sistemáticamente las conquistas
sociales del pueblo, es cuando se ejerce la verdadera violencia.
Y esta violencia es mucho más grave que la que pueda ejercer
cualquier individuo contra un escaparate, por mucho que yo no
comparta esa actitud de romper todo lo que se pille por delante.
Vuestra violencia, aunque sutil y enmascarada, como todo lo que un
político suele hacer, afecta a la convivencia social de todos los
ciudadanos. Al final, hasta el ciudadano más pacífico y comedido,
en un acto de desesperación, puede lanzar una piedra contra un
escaparate y acabar en la cárcel, mientras que los chupópteros se
van de rositas con unas buenas pensiones y sueldos.
El
Gobierno estatal aprueba una subida de la luz del 7% y del 5% en el
gas.
La violencia no siempre
es física, también lo es aumentar un 7% el recibo de la luz a 5
millones de parados, a los pensionistas y trabajadores que con
enormes dificultades llegamos a fin de mes. ¡Ah, eso sí!, A los
empresarios el aumento es de 0,91%, porque hay que crear empleo, del
precario, del que a algunos les va bien.
Violencia
es condenar a millones de personas a la indignidad de vivir de la
caridad. Violencia es robarnos a los y las trabajadoras nuestro
salario y pensiones, recortándolos hasta la saciedad.
Violencia
es robarnos el dinero público para dárselo a los bancos o a los
amigotes, primero privatizando empresas públicas y, después
vendiéndolas por menos de lo que valen.
Violencia
es proteger a los ricos y poderosos, judicialmente, fiscalmente y
empobrecer a la población.
Violencia
es abandonar a su suerte a los enfermos, y personas dependientes y
cargarse la enseñanza pública.
Violencia
es dejar sin su casa a personas de todas las edades que no pueden
pagar su hipoteca por estar toda la familia en paro.
Violencia
es que las personas desahuciadas, habiendo entregando su casa, deban
al banco un dinero que no podrán pagar en dos o tres vidas
trabajando, y menos con empleos y sueldos precarios o en el paro,
dejando a las familias en la miseria y la desesperación para el
resto de sus días.
Violencia
es que a la ley tan injusta a la que me refiero, no se le haya
cambiado ni una coma, y que aún así los gobernantes puedan dormir
tranquilos.
Violencia
es también quedar impasible ante esta barbarie que están cometiendo
los grandes intereses económicos y empresariales con la colaboración
de los gobernantes, haciendo de lacayos en detrimento del pueblo al
que dicen defender.
Violencia
es también que la iglesia católica, que habla tanto de las cosas
que les interesan, de todo lo anterior no diga nada, solo calle.
Creo que nunca
olvidaremos…….
Francisco Vera Granados