- Ofrecemos un programa de mejora cuantitativa y cualitativa de la situación de los asalariados frente a la intensificación de la explotación y de la exclusión que caracteriza al sistema y sus políticas neoliberales(hablamos de aumentar el salario mínimo, penalizar la precariedad, la discriminación salarial, hablamos de cláusulas sociales en la contratación pública).
- Queremos mejorar las condiciones de vida de los sectores más desfavorecidos invirtiendo las desigualdades crecientes(hablamos de la educación pública y laica, de la sanidad pública y de calidad, de que la atención a las dependencias se haga desde el servicio público, hablamos de los mayores, de los jóvenes y de combatir las discriminaciones por razón de género o de nacionalidad. Hablamos de vivienda pública en alquiler, de bajar los intereses de las hipotecas, de la reserva pública de todo el suelo urbanizable que queda… y hablamos de la financiación adecuada de los ayuntamientos).
- Planteamos Desarrollo frente a Crecimiento, un desarrollo sostenible y solidario que frene el derroche de energía y agua, y la urbanización y el asfaltado de los espacios libres, que aleje la amenaza del cambio climático. Porque nos creemos que la plenitud del desarrollo humano se hará en armonía con la naturaleza, o no se hará.
Democratizar el Estado significa para nosotros una apuesta radical por la República Federal. Una federalidad basada en la solidaridad y en la libertad, en la libre adhesión de los pueblos del estado. Para esto necesitamos reformar la Constitución del 78 en un sentido progresista, reforzando la participación de los ciudadanos y ciudadanas.
En el siglo XXI un autogobierno efectivo va indisolublemente ligado a la democracia participativa, una Constitución democrática debe abrir el poder a la participación directa en el ámbito de lo económico, de lo político y en lo cultural, en el centro de trabajo, en el barrio, en el ayuntamiento.
Necesitamos un Pacto Federal para un nuevo modelo de Estado basado en un compromiso con los derechos sociales e iguales para todos los ciudadanos independientemente del territorio donde habiten, con el autogobierno y la democracia participativa. Y todo esto tiene un difícil encaje en el actual “tinglado” institucional con un Parlamento “blindado” y “calculado” para asegurar la “gobernabilidad”. Todo ello sin hablar de las zonas “grises” de la democracia española y su amnesia histórica.
De ahí que planteemos como medidas urgentes:
- la reforma de la justicia: control democrático sobre jueces y fiscales
- supresión de los privilegios de la Iglesia Católica, empezando por la enseñanza de la religión en el sistema educativo público
- sometimiento del ejército al control de la representación popular
- reforma electoral para disponer de un sistema proporcional real
- y, por supuesto, la anulación radical de los juicios del franquismo y que devuelva a los represaliados y represaliadas su plena identidad de defensores de la legalidad republicana, de la libertad, la democracia y los derechos sociales. Estos son los elementos sustanciales de nuestra Ley de la Memoria Histórica. NO QUEREMOS OTRA, porque, ¿qué futuro colectivo tienen nuestros pueblos si se les niega la posibilidad de identificarse con su historia?
La izquierda o es anticapitalista, o no lo es, decía Rossana Rosanda estos días, y yo añadiría que o es feminista o tampoco es izquierda. Hoy a IU no nos basta la paridad, debemos incorporar la problemática de género en todos nuestras propuestas políticas, emprendiendo de una vez por todas la política feminista que garantice un discurso y una práctica de hombres y mujeres libres.
Desde nuestro rechazo a la última reforma del Tratado Constitucional europeo debemos impulsar conjuntamente con el PIE y el Foro Social Europeo una iniciativa para un proceso constituyente por una Europa democrática, social y de los pueblos, que nos aleje de una Europa fortaleza y excluyente, y se convierta en un contrapeso a las políticas imperialistas de los EEUU, contribuyendo a la Paz en el mundo, base para la convivencia y el desarrollo de los pueblos.
Esta propuesta necesita de nuestra gente y su protagonismo, de la cohesión de nuestra organización, poniendo fin al conflicto interno, porque estamos decididos a recuperar y aumentar la influencia que hemos tenido no hace tanto tiempo, para que los ciudadanos y las ciudadanas sientan que votar a IU es útil para solucionar sus problemas.
Queremos un debate de propuesta política en la organización y un mecanismo democrático de elección del candidato o candidata a la Presidencia del Gobierno. Y ahí estaremos asumiendo sus resultados, gane quien gane, para hacer la mejor campaña, porque creemos en Izquierda Unida y queremos dar a nuestra gente la palabra.
Marga Sanz
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