diumenge, 13 de juliol del 2008

Sobre el Procés de Bolonya

La hipoteca de Bolonia

José Manuel Martín Medem

Hace veinte años, los rectores reclamaron a los gobiernos y a la Unión Europea que atendieran a las universidades teniendo en cuenta que deben ser "instituciones autónomas que, de manera crítica, produzcan y transmitan la cultura por medio de la investigación y la enseñanza" mediante "su independencia moral y científica frente a cualquier poder político, económico o ideológico".

Ahora, con la OPERACIÓN BOLONIA, los gobiernos comunitarios están sometiendo a las universidades bajo los intereses de las empresas, convirtiendo un servicio público en un negocio para la formación de trabajadores con menos conocimientos y mayor capacidad de sometimiento a todas las precariedades de la explotación laboral. Como reconoce la gran patronal francesa, "cada vez necesitamos más hombres prácticos y menos hombres sabios".

En lugar de humanizar la economía a través de la cultura, los gobiernos y las grandes corporaciones quieren convertir la enseñanza universitaria en un negocio más dentro de la apropiación en su beneficio de la ’sociedad del conocimiento’. Pretenden que la ’rentabilidad social’ de las universidades se manifieste a través de la preparación profesional del sometimiento que facilite el negocio de muy pocos y suprima el aprendizaje personal para comprender el mundo y desarrollar la capacidad social de cambiarlo.

Menos inversión pública, más participación comercial para orientar las investigaciones hacia la rentabilidad de las empresas, enseñanza de peor calidad, menos conocimientos y más ’habilidades prácticas’, limitación económica para el acceso de los hijos de las familias con menos recursos, control empresarial externo sobre los planes de estudio y un filtro final para la preparación de ’especialistas de confianza’ (¡los ’hombres prácticos’!) mediante los postgrados que muy pocos podrán pagar. Así es la reconversión industrial de la Universidad en la Unión Europea.

Hay un anuncio en las televisiones que concluye con un ¡qué grande es ser joven! después de ofrecer hipotecas de 50 años a los menores de 35. Antes se heredaban los pisos y ahora la hipoteca. Pronto habrá que añadir la de la universidad a la de la vivienda: desaparecen las becas gratuitas para la redistribución de las oportunidades y se imponen las hipotecas para pagarse los estudios universitarios. ¿Será que antes los padres ahorraban para que sus hijos pudieran ir a la Universidad y pronto los hijos tendrán que trabajar para terminar de pagar la hipoteca de los estudios universitarios de sus padres?