2006 termina con dos hechos de una enorme significación política, aunque de naturaleza diversa: el atentado de ETA en el aeropuerto de Madrid y la ejecución de Saddam Hussein. Ambos, además, directamente vinculados con nuestra lucha cotidiana por la paz. Ante estos hechos el PSUC manifiesta
I En relación con el atentado de ETA.
1. Hoy no basta sólo la ritual condena a la que ETA nos obligaba depués de cada atentado. Con el atentado de hoy se rompe una tregua que había despertado inmensas esperanzas. No sabemos si para volver a la espiral a la que ETA nos sometía o como aviso a los políticos y a la sociedad en general que el tiempo de la paz se está acabando. Por lo tanto, aunque reiteremos la naturaleza criminal de este hecho, debemos asimismo analizar las causas del porqué de la ruptura de la tregua y medir las responsabilidades de los agentes sociales a fin de impulsar de manera más decidida el proceso de paz.
2. Sin ceder un ápice en la consideración repulsiva e inmoral del terrorismo, lamentamos que en estos nueve meses de tregua no se haya avanzado en ninguno de los tres requisitos que considerabamos en su momento imprescindibles para el avance de la paz
. el acercamiento de presos
. reconsideración de la ley de partidos a fin de facilitar la expresión política del mundo abertzale
. constitución de una mesa de partidos
3. A lo largo de este proceso nos hemos situado en las antípodas de los principios políticos de la derecha que no sólo niega el diálogo sino también la legitimidad de los nacionalismos periféricos. Pero creemos asimismo que el gobierno, se ha convertido en rehén de la lógica del PP y fuerzas sociales afines, p.ej., la Jerarquía de la Iglesia, algunos sectores de la judicatura etc., y no ha actuado con la decisión y celeridad que hubiera sido de desear y que, aun sin hacer concesión política ninguna, eran de esperar para ir tejiendo las complicidades sociales neesarias para construir la paz.
4. El impulso de la paz pertenece fundamentalmente a la sociedad civil y en segundo lugar –en representación de ésta- al gobierno y a los grandes partidos. Desde nuestra presencia en la sociedad civil y en las instituciones el PSUC considera prioritario el trabajo por la paz. Este execrable atentado ni nos rinde ni disminuirá nuestra presencia en los foros políticos o sociales o en las acciones concretas que conduzcan al diálogo y en consecuencia a la paz.
II. En relación con la ejecución de Sadam Husein
1. La ejecución de Sadam debe mirarse más en clave de política interior de los dos estados que impulsaron la invasión y que ante una opinión pública progresivamente furiosa por el fracaso, necesitan urgentemente trofeos que la justifiquen. Sólo desde esta lógica pueden entenderse las continuas y manifiestas ilegalidades del procesamiento y finalmente una ejecución con carácter vengativo, innecesaria y además en la fiesta del Id al Adha o dia sagrado del Sacrificio. Sin lugar a dudas, además, esta ejecución tendrá amplias repercusiones en el mundo árabe. Se trata de una nueva provocación que puede desestabilizar el ya muy desestabilizado equilibrio de Oriente Medio.
2. En este sentido, consideramos que la plena responsabilidad de la ejecución de Sadam recae en dichas fuerzas ocupantes y en el gobierno de Bush. Y pone de manifiesto que el gobierno de Bush, ante el evidente desmoronamiento de la conquista anglo-estadounidense de Iraq de 2003, consecuencia de la ofensiva política y militar de la resistencia iraquí, ha optado -en contra de lo recomendado por varias instancias nacionales e internacionales- por cerrar toda vía de diálogo con las fuerzas políticas y militares de la resistencia patriótica para alinearse abiertamente con el bloque confesional shií y las fuerzas paramilitares de la ultraderecha religiosa iraquí en su estrategia de división sectaria del país. La ejecución de Sadam va a suponer, en este sentido, más guerra y más violencia sectaria en los próximos meses y que se agrave aún más, si cabe, el sufrimiento de la población.
3. Con la ejecución de Sadam Huseín los ocupantes y sus aliados internos sectarios pretenden erradicar los referentes de laicismo, integración y gestión pública de los recursos de Iraq que han caracterizado el proceso social histórico del país desde los años 50 del siglo pasado. Pero esos mismos valores siguen estando presentes en las aspiraciones del pueblo iraquí y su vigencia se materializa en su lucha resistente contra la ocupación y por la soberanía plena de Iraq. La ejecución de Sadam no va a frenar, por tanto, la resistencia del pueblo iraquí frente a la ocupación extranjera, contra las fuerzas colaboracionistas y contra el terrorismo y frente a todos aquellos que pretendan culminar una fractura sectaria del país, lucha en la que está comprometida, bajo postulados democráticos y plurales, la mayoría del país.
4. El mundo y sus gobernantes asisten impasibles a la destrucción cotidiana de un país hermano y a la muerte sin freno de vidas inocentes. La paz sólo vendrá con la retirada de las tropas ocupantes. Y los responsables de la invasión deben ser llevados ante Tribunales Internacionales por crímenes contra la humanidad que pongan en evidencia la indignidad moral de la misma y de sus promotores. No es con más asesinatos como se va a construir la paz.
Estrechamente vinculado al movimiento por la paz, el PSUC participará e impulsará las plataformas y manifestaciones para conseguir la paz en esta zona y en contra de los actos gratuitos de violencia.
Secretaría Política, 31 de diciembre del 2006