diumenge, 27 de maig del 2012

Carta al govern català


Sr. Artur Mas:

¿Usted no se ha preguntado o, mejor dicho, usted no ha investigado, junto con su gobierno, a los miles de empresarios en Cataluña que han amenazado a sus trabajadores-as con que si hacían huelga el día 29 les ponían de patitas en la calle? Y todo ello a pesar de las reiteradas denuncias de los sindicatos. Una huelga, dicho sea de paso, para defender los derechos de dichos trabajadores, pisoteados por ustedes. Eso, ¿cómo lo podríamos denominar? ¿VIOLENCIA? ¿Cómo es posible que usted haga esto, cuando siempre es tan “justo” con los empresarios y personas pudientes, y sobre todo con la banca, a la que se le da todas las prebendas y dinero del erario público? Usted, el mismo que vende las empresas públicas, es decir de los ciudadanos-as, que son los que dan la riqueza al País, por cuatro chavos. Supongo que los trabajadores-as no se merecen nada, solo que nos despojen de nuestros derechos conquistados a fuerza de muchas luchas, cárceles y palizas. ¿Cómo es posible que ustedes, gente de CIU, quieran hacer ver que no son iguales que la ultraderecha española (PP) haciendo la misma política? ¿A quién quieren engañar? A mí no, por supuesto.

Sé que muchas personas de buena fe que están en vuestro partido quizás no piensen de la misma manera que la jerarquía de CIU, e incluso tampoco mucho de los que os han votado. Sin embargo, son los que os votan y os ponen en la poltrona de CIU y del gobierno, Sr. Mas. Y, para mí, ustedes son iguales que la derecha del PP, porque cuando les conviene también pactan con ellos y hacen la misma política. 

No se trata de justificar el vandalismo, pero Sres. del PP y CIU, ¿Cuándo tienen previsto facilitar mucho más la investigación, y endurecer las penas de cárcel por choriceo político, bancario y empresarial? ¿O eso no les molesta tanto a ustedes? Una buena parte de la rabia que hay en el pueblo es culpa de ustedes, impresentable casta de políticos, banqueros y empresarios (sálvese el que pueda) que hacen de este País lo que les viene en gana, según sus intereses.

No hay problemas en recortar educación y en suprimir becas, en darnos fútbol y Belenes Esteban, para que los pobres sigamos hundidos en la ignorancia, mientras la casta nos explota y mantiene buenos sueldos a nuestra costa. Los bancos se quedan con los ahorros de toda una vida, y a cambio te dan un papel mojado que no tienen ni siquiera la obligación de respetar. Los recortes en Sanidad os facilitan el camino para obligar a privatizar todos los servicios derivados.

Se eliminan las regulaciones de los mercados, se recortan los impuestos a los ricos y se mantienen los paraísos fiscales para defraudar al fisco. La corrupción campa a sus anchas. La justicia está politizada y se quiere que solo sea para las personas que puedan pagarla, dejando a una gran parte de ciudadanas y ciudadanos, sin poder acceder a un derecho que es de obligado cumplimiento según el art.24 de la Constitución. Se gesta una economía especulativa que, poco a poco, desbanca a la economía productiva y se pone al dinero por encima de todo valor ético y moral. Se destruye sistemáticamente todo lo público y se utiliza la propaganda para hacernos creer una mentira mil veces contada.

Cuando los gobernantes recortan o anulan sistemáticamente las conquistas sociales del pueblo, es cuando se ejerce la verdadera violencia. Y esta violencia es mucho más grave que la que pueda ejercer cualquier individuo contra un escaparate, por mucho que yo no comparta esa actitud de romper todo lo que se pille por delante. Vuestra violencia, aunque sutil y enmascarada, como todo lo que un político suele hacer, afecta a la convivencia social de todos los ciudadanos. Al final, hasta el ciudadano más pacífico y comedido, en un acto de desesperación, puede lanzar una piedra contra un escaparate y acabar en la cárcel, mientras que los chupópteros se van de rositas con unas buenas pensiones y sueldos.

El Gobierno estatal aprueba una subida de la luz del 7% y del 5% en el gas.
La violencia no siempre es física, también lo es aumentar un 7% el recibo de la luz a 5 millones de parados, a los pensionistas y trabajadores que con enormes dificultades llegamos a fin de mes. ¡Ah, eso sí!, A los empresarios el aumento es de 0,91%, porque hay que crear empleo, del precario, del que a algunos les va bien.

Violencia es condenar a millones de personas a la indignidad de vivir de la caridad. Violencia es robarnos a los y las trabajadoras nuestro salario y pensiones, recortándolos hasta la saciedad.
Violencia es robarnos el dinero público para dárselo a los bancos o a los amigotes, primero privatizando empresas públicas y, después vendiéndolas por menos de lo que valen.
Violencia es proteger a los ricos y poderosos, judicialmente, fiscalmente y empobrecer a la población.
Violencia es abandonar a su suerte a los enfermos, y personas dependientes y cargarse la enseñanza pública.
Violencia es dejar sin su casa a personas de todas las edades que no pueden pagar su hipoteca por estar toda la familia en paro.
Violencia es que las personas desahuciadas, habiendo entregando su casa, deban al banco un dinero que no podrán pagar en dos o tres vidas trabajando, y menos con empleos y sueldos precarios o en el paro, dejando a las familias en la miseria y la desesperación para el resto de sus días.
Violencia es que a la ley tan injusta a la que me refiero, no se le haya cambiado ni una coma, y que aún así los gobernantes puedan dormir tranquilos.
Violencia es también quedar impasible ante esta barbarie que están cometiendo los grandes intereses económicos y empresariales con la colaboración de los gobernantes, haciendo de lacayos en detrimento del pueblo al que dicen defender.
Violencia es también que la iglesia católica, que habla tanto de las cosas que les interesan, de todo lo anterior no diga nada, solo calle.

Creo que nunca olvidaremos……. 

Francisco Vera Granados